A raíz del reciente artículo publicado por Gara (“El fracking: una fractura geopolítica de muy alto riesgo”), nos parece necesario realizar algunas precisiones importantes. Primero, en el artículo se asume “la revolución del fracking” e incluso se sugiere la futura “independencia energética de EEUU”. Esto ha sido refutado contundentemente en el conocido informe del geólogo David Hughes, Drill Baby Drill. En él se explican los datos que demuestran que el fracking es una burbuja financiera. La idea de que EEUU puede ser autosuficiente gracias a esta técnica ha sido potenciada por algunos artículos en los que, curiosamente, se apoyó la política energética de la campaña del republicano Romney. Dichos artículos e informes (James,Maugeri,Morse) han sido desmontados una (a Morse) y otra, y otra, y otra, (a Maugeri), y otra y otra (general) vez. El artículo de Dabid basa su análisis en la idea de que la producción es controlable, cosa que es incorrecta. Así, dice que Arabia Saudí se niega a reducir su producción como si pudiera subirla o bajarla al gusto -supuestamente para dañar el fracking y sacudir a sus enemigos tradicionales- pero en realidad su producción se está incluso reduciendo (informe mensual OPEC). Los pozos no se pueden abrir y cerrar cuando uno quiera y la capacidad ociosa global (petróleo de más que se puede poner en el mercado a en función del contexto) se redujo abruptamente tras 2002. Llega a decir incluso que “El incremento de la producción de petróleo ha supuesto un abaratamiento del barril de Brent” omitiendo que la razón fundamental es la caída de la demanda que anuncia una nueva ola recesiva. Todo esto ha sido muy bien explicado recientemente por el científico Antonio Turiel y por el ingeniero Pedro Prieto. Hay que esperar a los párrafos 24-25 (de 26 que tiene) para que el autor reconozca que alguien ha dicho que “el petróleo y el gas de roca madre tampoco son finitos”, para luego no molestarse en concluir el artículo reflexionando “independientemente de su duración”. Como si eso pudiera hacerse. Debido a la gran amenaza que supone el Fracking para la tierra en las que vivimos entendemos que no es bueno publicar este tipo de análisis superficiales, que arrojan confusión ante la gran encrucijada en la que estamos inmersos debida al pico del petróleo.
Mikel Basarte Ollobarren