Erabakitzeko eskubidea (Derecho a elegir)

Duela hilabete batzutakoa baduNK ere gaurkoa balitz bezala...
Erabakitzeko eskubidea









Quiero decidir sobre mis gustos sexuales.

Nire amatasunaren eskubideaz erabaki nahi dut.

Nadie me tiene que decir en qué quiero trabajar.

Ba dut eskubidea erabakitzeko zein hizkuntzetan bizi nahi dut.

No quiero que me impongan el medio de transporte que quiero utilizar.

Inork ezin du esan nola bizi nahi dudan.

¿Por qué no puedo ser vegetariano?

Zenbat ordu lan egingo dudan, nire erabakia da.

Las pequeñas y grandes decisiones que afectan a mi vida las voy a tomar yo misma.

¿Por qué solo me dejan decidir entre la Coca Cola y la Pepsi?

Zergatik galarazi nahi dizkidaten nire joerak sexualak.

Txirrindula gustuko badut, nork erabakiko du nik kotxean bidaiatu behar dudala?

Aspaldin erabaki nuen gure auzoko dendetan erosketak egitea.

¿Quién eres tú para negarme mi derecho a decidir cuantas hijas voy a parir?

Abortatzeko eskubidea. ¡Aborto libre!

No me neguéis el derecho a decidir en qué se van a gastar los impuestos que pago.

También quiero decidir cuántas horas quiero trabajar.

Zuk ez duzu eskubiderik esateko nola bizi behar dudan.

¿Por qué me negáis el derecho a vivir en euskera?

¿Acaso no tengo derecho a darle un corte de mangas al parlamento, el ejército, o a los banqueros?

Gure bizitzaren norabideaz erabaki nahi dut.

Decido que no me gusta el futbol y sí el rock and roll.

Ez dut nahi erabaki, zein ote izango den gure herriko neskatxa politena.

Quiero decidir cómo pasar mi tiempo libre.

Energia garbia hautatu dut, nire eskubide delako.

He apagado la televisión y he puesto la radio. ¡Qué buena elección!

Eta gure herriaren etorkizunaz ere erabaki nahi dut. Autonomia, federalismoa, burujabetasuna, independentzia? Auskalo, baina denon erabaki librea izan behar da.

LA PATRIA, EL PAÍS, MI GENTE.

Busco esas líneas discontinuas que aparecen en los mapas y no las encuentro, veo montañas, ríos, valles, ciudades y caminos que unen personas y voluntades pero esas líneas que nos dividen en países, en comunidades estancas no las veo por ningún lado.

Me hablan de las grandezas de mi pueblo, de sus batallas gloriosas, conquistas, partidos jugados y medallas ganadas. Yo solo oigo las distintas melodías que tiene el habla humana, lenguas, idiomas distintos que guardan el tesoro más valioso que tenemos los humanos, las infinitas formas de ver e interpretar la vida. Maravillosa Babel la nuestra.

El pueblo elegido de Dios, un futuro brillante, destino universal… somos una patria porque viene en los viejos libros, escritos con sabiduría por nuestros sacerdotes, escribas y cronistas oficiales. No podemos escapar de nuestro destino, púes ya está decidido. Camino, y comparto mi caminar con personas distintas a mí, todas somos singulares y únicas. No me hablan de glorias pasadas, ni de sus reyes conquistadores. Comparten su pan, sus sueños, y aunque no hablemos el mismo idioma nos entendemos.

Hombres y mujeres que madrugan, van a sus puestos de trabajo, a sacar adelante sus familias. Sus sueños y anhelos son parecidos, una vida mejor, estudios para sus hijas e hijos, salud, un bocado que llevarse a la boca. Poderosos que no madrugan y que solo piensan como acumular más y más, enfermos del poder, adictos al dinero. Hoy nos hablaran de que somos un gran país, envidia de nuestros vecinos… y mañana nos pedirán otro esfuerzo más.

Ya lo decía George Brassens “La música militar nunca me supo levantar “, tampoco me pone cachondo el himno nacional, que cosa más estúpida, dejarse matar por un bandera. Me lío un cigarro, de los de la risa, y sueño con playas jamaicanas, disfruto de una cerveza fresca, en la radio ponen a Cesaria Evora y pienso que con lo fácil que es vivir como nos complicamos la existencia con los mitos del poder, del estado y del triunfo social.

EL FEDERALISMO

Algunos se agarran a la legalidad constitucionalista, dentro de la constitución todo, fuera de ella el caos. La constitución la nueva palabra de Dios, verdad absoluta para mangonearnos, solo se puede modificar si beneficia a” los demócratas de toda la vida”, para obligarnos a pagar la deuda ilegitima de los bancos, para fortalecer la monarquía “democrática”… cambios necesarios para mejorar el sistema político y regenerar la democracia.

Luego están los que ven, y con razón, la constitución como una cárcel para sus anhelos independentistas, deseos legítimos que son negados por los constitucionalistas. Pero me temo que estos independentistas a lo que aspiran es a otro estado con su constitución, a otra cárcel legal, que sufrirán los que piensan distinto.

Y en este amplio y diverso parlamento solo nos faltan los federalistas constitucionalistas, los que quieren cambiar algunos aspectos de la Magna Carta, para que todas estemos cómodas en el marco autonómico. Los expertos, los listos de siempre que harán los cambios pertinentes para que nada cambie. Federalismo monárquico, con sus fuerzas policiales, su mercado, su euro, su… ¡Vaya estafa!

El federalismo es otra cosa, para empezar respeta a las personas y su capacidad de participación y de decisión, son personas y barrios coordinados para gestionar las ciudades, las comarcas, pueblos y comunidades conectadas que trabajan para dar solución a los problemas comunes de sus personas. El federalismo es la red con sus conexiones, en número casi infinito, tantas como sean necesarias, que nos permiten la buena gobernanza de lo micro y de lo macro. Federalismo es libertad y respeto hacia el diferente, el más allá de las fronteras.


Colectivo Malatextos, 15 de octubre de 2014

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